
Israel bombardea Líbano en respuesta a los disparos de cohetes contra su territorio

Israel bombardeó Líbano el sábado y mató a al menos seis personas, tras interceptar cohetes disparados desde el país vecino y pese a la tregua que rige con el movimiento libanés Hezbolá, que negó estar implicado en el ataque.
Los primeros bombardeos mataron a cinco personas, incluyendo un menor, en la localidad meridional de Tulin, informó la agencia de noticias libanesa NNA, y una segunda andanada de ataques dejaron un muerto en la ciudad de Tiro, según la misma fuente.
Israel explicó que estos bombardeos son una "respuesta" a los disparos de cohetes contra su territorio, después de que el ejército israelí interceptara tres proyectiles lanzados desde el país vecino.
Esta es la mayor escalada desde que el acuerdo de tregua puso fin el 27 de noviembre a dos meses de guerra abierta entre Israel y el pro-iraní Hezbolá.
El ejército israelí informó que bombardeó "decenas de lanzacohetes y un centro de mando desde donde operaban terroristas de Hezbolá" en el sur de Líbano.
Pero el ataque contra el norte de Israel, de momento, no fue reivindicado y el grupo chiita Hezbolá negó "cualquier implicación".
"Las acusaciones del enemigo israelí forman parte de los pretextos para continuar sus ataques contra Líbano, que no han cesado desde que se anunció el alto el fuego", denunció Hezbolá en un comunicado.
El conflicto entre Israel y Hezbolá estalló tras meses de cruces de disparos en la zona fronteriza, donde el poderoso grupo libanés abrió un frente en solidaridad con el movimiento islamista palestino Hamás al inicio de la guerra en Gaza en octubre de 2023.
La tregua logró mantenerse en líneas generales, a pesar de las acusaciones mutuas de repetidas violaciones.
El jefe del Estado Mayor israelí, el general Eyal Zamir, advirtió que el ejército respondería "severamente a los ataques de esta mañana" y durante la tarde, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el ministro de Defensa, Israel Katz, ordenaron al ejército que lleve a cabo "una segunda andanada de bombardeos".
Las sirenas antiaéreas sonaron en la mañana en Metula, una localidad del norte de Israel, en la frontera con Líbano.
Su alcalde, David Azoulay, informó que algunos habitantes decidieron dejar el pueblo tras los disparos de cohetes. Y detalló que solo un 8% de la población regresó al lugar desde el inicio de la tregua.
- "Una nueva guerra" -
El primer ministro de Líbano, Nawaf Salam, advirtió del "riesgo de que las operaciones militares se reanuden en la frontera sur". "Esto podría arrastrar al Líbano a una nueva guerra, con consecuencias desastrosas", indicó, según su oficina de prensa.
El ejército libanés anunció que encontró "tres lanzadores de cohetes artesanales en una zona situada al norte del río Litani", a unos 30 km de la frontera israelí, y "procedió a su desmantelamiento".
La Fuerza de la ONU en Líbano (Finul), desplegada en el sur del país, expresó en un comunicado su preocupación por una "posible escalada" de la violencia.
Y el presidente libanés, Joseph Aoun, denunció que "la agresión [israelí] continúa contra Líbano".
Cuando empezó la guerra entre Israel y Hamás en Gaza, Hezbolá era un actor clave de la vida política en Líbano y el movimiento más poderoso del país.
Pero en septiembre de 2024, el cruce de disparos entre Hezbolá e Israel se transformó en una guerra abierta con bombardeos masivos en Líbano.
El movimiento chiita, la única facción en Líbano que conservó las armas tras la guerra civil (1975-1990), salió muy debilitado del conflicto y su liderazgo quedó ampliamente diezmado.
Cuando empezaron los disparos transfronterizos en 2023, los habitantes de la zona recibieron órdenes de evacuación. Cerca de 60.000 personas se vieron desplazadas del norte de Israel.
En el lado libanés, más de un millón de personas huyeron del sur del país, de las cuales unas 100.000 siguen desplazadas, según la ONU.
Según los términos del acuerdo de tregua, Israel debía retirarse del sur de Líbano, donde sólo se desplegarían el ejército libanés y las fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU.
Pero el ejército israelí conservó cinco posiciones estratégicas a lo largo de la frontera sur de Líbano alegando motivos de seguridad.
Hezbolá, a su vez, debía desmantelar su infraestructura y retirarse al norte del río Litani, a unos 30 kilómetros de la frontera israelí.
O.Nicholson--TNT