Transición, inclusividad y seguridad: los desafíos del nuevo líder sirio
La caída de Bashar al Asad puso fin a medio siglo de dictadura y a una guerra devastadora, pero en la actualidad un solo hombre concentra todos los poderes en Siria, el presidente interino Ahmed al Sharaa, al frente de una frágil transición llena de desafíos.
Al Sharaa fue designado presidente interino el miércoles por un período de transición indeterminado, en una reunión a puerta cerrada del "Comando General de Operaciones Militares", la coalición que tomó el poder en diciembre.
Con su nombramiento, los sirios "dependen ahora totalmente" de las nuevas autoridades, destacó el abogado Ezzedin al Rayeq, que se pregunta como muchos otros: "¿llevarán realmente al país a una democracia con derechos humanos?".
Al Sharaa lideraba el movimiento islamista Hayat Tahrir al Sham, que desde su bastión de Idlib, en el norte del país, encabezó la ofensiva rebelde que depuso a Asad el 8 de diciembre.
El grupo y otras facciones fueron disueltos y sus combatientes deberán integrarse a una futura fuerza nacional.
En su primer mensaje como presidente, el jueves, Al Sharaa prometió "formar un amplio gobierno de transición representativo de la diversidad siria" que conduzca a "elecciones libres y transparentes".
Pero Rayeq admite que hubiera preferido que el presidente interino hubiese sido nombrado "de una manera más democrática y participativa".
Las autoridades se comprometieron a celebrar un diálogo nacional con todo el país, pero no han fijado una fecha.
Rayeq reconoce que "si somos realistas y pragmáticos, (nombrar a Al Sharaa) quizás era el único camino adelante".
- Consolidación -
Las autoridades suspendieron la constitución y disolvieron el Parlamento, mientras el ejército y los servicios de seguridad colapsaron tras décadas de mando del partido Baaz, del clan Al Asad.
Ziad Majed, politólogo francolibanés, consideró que el nombramiento de Al Sharaa "se podía haber hecho de forma diferente".
"Es como si los jefes" de los grupos armados hubieran elegido a Sharaa, indicó Majed.
Al Sharaa explicó que su nombramiento se dio después de "intensas consultas" con asesores legales, y prometió una "declaración constitucional" y un "consejo legislativo limitado".
Según Majed, la mayoría de los grupos armados "reconocen el liderazgo de Al Sharaa", aunque persisten tensiones con combatientes en el sur y el noreste de Siria.
Grupos armados en la provincia sureña de Sueida, algunos de la minoría drusa, se mantienen cautelosos con las nuevas autoridades.
En el nordeste, las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), en la semiautónoma administración kurda, han tenido enfrentamientos contra las fuerzas proturcas.
Los nuevos gobernantes sirios, también apoyados por Ankara, urgieron a las FDS entregar sus armas y rechazar un gobierno autónomo kurdo.
Majed dijo esperar que "Sharaa y aquellos cercanos a él" busquen "consolidar el control territorial y el control sobre los grupos armados", pero que también es prioritario revivir la economía golpeada por la guerra.
También urgió a evitar "actos de venganza", en especial contra miembros de la comunidad alauita, de donde provienen los Asad.
- "Muy temprano" -
El abogado Rayeq dice apoyar que los grupos armados sirios, ideológicamente diversos, estén organizados "bajo una sola autoridad".
Si ello tuviera éxito, "habríamos dejado atrás la guerra civil", afirmó.
La caída de Bashar al Asad finalmente permitió a los sirios hablar sin miedo después de años de represión, pero aún hay preocupaciones.
Escritores, artistas y académicos sirios firmaron una petición para "la restauración de libertades públicas fundamentales, en especial las libertades de reunión, protesta, expresión y culto".
Incluye también el derecho a formar partidos políticos independientes y dice que el Estado no debe "interferir en las costumbres del pueblo", ante el temor a la imposición de la ley islámica.
Majd, un vendedor de repuestos usados de vehículos, de 35 años, consideró que los últimos anuncios de las autoridades son "positivos", pero expresó preocupación con la economía.
"Los precios han bajado pero la gente no tiene dinero", dijo sin querer revelar su apellido, y recordando que miles de funcionarios fueron suspendidos de sus puestos tras la caída de Al Asad.
Por ello, dijo, "es muy temprano para juzgar a los nuevos líderes", y prefiere ver "los resultados en el terreno".
L.Johnson--TNT