Turistas taiwaneses siguen adelante pese a amenaza china
El taiwanés Joseph Lin no se asustó ni renunció a sus vacaciones en la pequeña isla taiwanesa de Kinmen, a cuatro kilómetros de las costas de China, donde se dedicó a su deporte favorito, el surf de pala, indiferente a las maniobras militares chinas de días anteriores.
Los islotes taiwanesas, a menos de 4 km de la costa china, se convirtieron con el tiempo en un popular destino turístico y los estruendosos vuelos de los aviones de combate chinos no cortaron el flujo de visitantes locales.
Lin, un ex soldado del condado sureño de Pingtung, en Taiwán, se negó a cancelar su viaje de tres días porque piensa que China solo quería apaciguar el sentimiento nacionalista en casa con su despliegue de fuerza.
"Creo que la guerra rusa en Ucrania envió una alerta a (el presidente chino) Xi Jinping de que no sería tan fácil tomar Taiwán", indicó el hombre de 35 años a AFP después de remar bajo el sol veraniego.
"El precio sería demasiado alto", agregó.
Las tensiones en el estrecho de Taiwán son las más fuertes en décadas, ante la furia de Pekín por la reciente visita a Taipéi de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi.
En respuesta, China montó un ejercicio militar sin precedentes, en el cual disparó misiles a las aguas alrededor de Taiwán y envió aviones y buques militares a simular un bloqueo de la isla.
Pero el turismo en Kinmen continuó en medio de la actividad miliar.
Los vuelos internos siguieron llegando a la isla, grupos de turistas y autobuses colman los sitios populares de la isla.
Los visitantes aún se asoman a sus miradores, caminan por los murales que denuncian a Pekín y toman fotos de China desde los pinchos anti desembarco en la playa.
- La vida sigue -
Kinmen es un antiguo campo de batalla donde los residentes enfrentaron ocasionales bombardeos de la artillería china hasta fines de los años 1970.
Pero las isletas se abrieron al turismo en 1993 y no han dado marcha atrás.
Reliquias y monumentos de su pasado militar son la principal atracción, sin importar la amenaza constante de una invasión china.
"De nada sirve preocuparse (de una invasión china). Tenemos que mantener la calma y seguir con nuestras vidas", afirmó Vanessa Chu, de 52 años, quien viajó de la ciudad costera de Hsinchu.
"Espero que haya paz porque Taiwán es pequeña y si las tensiones continúan, Taiwán sufrirá más que China", agregó la mujer acompañada de sus dos hijos.
Muchos pobladores de Kinmen tienen opiniones favorables de China tras años de estrechas relaciones comerciales y de turismo. La principal fuente de agua potable en la isla es un tubo desde el territorio continental.
Pero actualmente es prohibido para los chinos visitar el territorio por las estrictas restricciones sanitarias taiwanesas, similares a las de Pekín.
El Partido Comunista de China considera a Taiwán parte de su territorio y espera "unificarlo" un día, incluso por la fuerza.
Pero del otro lado del estrecho, en Xiamen, los pobladores continúan sus vidas al igual que los de las playas de Kinmen.
- "Uso de fuerza" -
La vecina Lieyu, llamada Pequeña Kinmen, es la isleta poblada más cercana a China, y allí los turistas taiwaneses miran al otro lado del agua con un telescopio de una antigua fortaleza para ver una valla de Xiamen que dice "Un país, dos sistemas. Unifica a China".
El lema está dirigido a los taiwanesas, y es una referencia al acuerdo que China ofreció a Hong Kong para garantizar ciertas libertades y autonomía antes de su devolución de mando británico en 1997.
Pero la mayoría de los taiwaneses han rechazado ese modelo, sobre todo después de ver cómo Pekín aplastó las libertades políticas de Hong Kong los últimos tres años.
Durante una visita de AFP a Kinmen, algunos turistas rieron cuando un guía bromeó que los chinos podrían cambiar el lema en Xiamen a "Usa la fuerza, unifica a China".
Un turista mayor de Taipéi, quien se negó a identificarse, dijo creer que China no atacaría directamente a Taiwán porque "habría muchas pérdidas".
Lin, el ex soldado, aseguró estar preparado para luchar, de ser necesario.
"Taiwán es mi hogar y estoy dispuesto a defenderla", declaró con la tabla de surf de remo en las manos.
"Si no protegemos a Taiwán, ¿quién nos protegerá? Nuestra democracia es valiosa", sostuvo.
F.Hammond--TNT